Fifí nació en la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay y se autoproclama políticamente travesti-marika.
A través del canto y su performance pudo cruzar las luchas del colectivo LGBTTTIQ+ y la música popular, con el propósito de sensibilizar al público sobre las realidades que se vive desde la Disidencia Sexual y de Género.
Entrevistamos a esta diva que, desde su identidad transgénero no binaria, vino a interpelar y revolucionar el tango tradicional mediante su performance Neocabaretera.
¿Cómo aparece el Tango en tu vida?
El tango me recibió cuando yo me exilio de misiones en el 2006 ya que ahí sufrí un montón de bullying en el colegio técnico al que iba. Allí estaba en un closet, con mucho miedo, sentía que no podía estar más ahí así que me vine a Buenos Aires. A los pocos meses hago amistades nuevas y entre ellas Nori me lleva a milonguear a “La Viruta” y ahí llegó mi encuentro con el tango; por la necesidad de bailar y de expresarme. Empecé con el tango porque era como lo más validado para un “varón”. Después me fui moviendo al canto, pero muchos años después, aproximadamente cinco años desde ser bailarina. Y cuando empecé con el canto de inmediato se volvió algo político, porque ya entro con el fracaso de saber que no iba a ser una cantante “seria”, digamos que no iba a cantar en la ópera o no iba a poder vivir de eso. Entonces me dediqué a hacer lo mío. El tango tiene algo de interpretación y de comunicar que yo sentía que podía hacerlo, y además que tenía algo más…, aunque no sabía bien qué. Así que ahí empecé a cantar a los 25 años más o menos.
¿Y empezaste a componer?
No, yo soy intérprete y productora, esos son mis dos fuertes. La composición es un tema que estoy trabajando ahora, puertas adentro, guardada. Tengo miles de grabaciones, miles de letras.
Por todo lo que me contas, pasando por el exilio, por Misiones, acá en Buenos Aires te metiste en un mundo super machista, ¿cómo fue eso?
Sabes que de afuera cuando la gente hoy ve mi carrera y ve que hago tango, siempre piensan que yo me metí en un mundo machista, pero en realidad no, porque yo comencé directamente haciendo tango en espacios disidentes y por ejemplo, los primeros shows fueron en milongas queers. Eso para mí en el 2014 fue como un semillero de artistas que hoy la estamos rompiendo. Pero en ese momento no éramos muches hablando de género, de identidad, de discriminación y denunciando a través del arte. Entonces no es que yo me metí al tango tradicional a deconstruirlo. Yo utilicé al tango para comunicar y dialogar con mis pares, para interpelar; primero a mi pequeño universo y después cuando llegué al Maipo y se volvió algo más masivo pude hablarle a la cis-hetero-sexualidad y sensibilizarles también. Desde ahí si me metí en el tango tradicional a molestarles, hasta llegar al CCK.
Mi instinto de supervivencia siempre me fue llevando a lugares más amigables, no sé si seguros, esa palabra me parece una fantasía, pero sí a espacios amigables. Entonces tuve varios intentos, ya después de haber iniciado Fifi Tango con el tango tradicional y fue bastante incómodo, hubo faltas de respeto, muchísimos comentarios violentos. Creo que lo que más estoy sufriendo del tango tradicional hoy es que ellos me ven como una referencia en un tema de agenda como es Género e Identidad, pero se acercan a mí de manera muy rara, como buscando incluir diversidad en sus espacios sin replantearse ninguno de sus privilegios, apropiándose de banderas, de luchas y de temáticas solo porque están en agenda y les sirve para sus discos, sus carpetas y sus presentaciones para hacerse “los progres”. Pareciera que en el circuito de tango tradicional yo vendría a ser como la pedagoga ad honorem o la frik que está bueno tener en la grilla e incluir; sienten que al invitarme o al hacer un show conmigo están como subsanando todos sus errores o su portación de privilegio, o hasta instalándose en agenda para poder presentar sus proyectos y ganarlos, ya que elles tienen los recursos y privilegios suficientes que exige el mercado hegemónico musical. A mi no me molesta realizar colaboraciones, pero me gustaría que se acerquen con propuestas claras, de interés genuino y con respeto.

Si, hoy es un tema de agenda…
Claro, porque hoy todas las líneas de subsidios en Ciudad y en Nación tienen como prioridad el tema de la diversidad, entonces están todes como intentando meterse por ese lado. Hay muy poca representatividad, somos muy pocas las que realmente hacemos un tango queer o disidente con conciencia política y social, entonces cuando hablaba del “tokenismo” es porque hay algunas organizaciones que se nombran transfeministas y realmente no tienen una mirada transfeminista o ni quisiera tienen trans adentro. Entonces creen que por invitarme a mí a una asamblea ya son transfeministas y eso las habilita a tener reuniones con las ministerias para pedir presupuestos o vaya a saber qué, y generar elles, ellas, la representatividad que les falta de lo que es la diversidad. Entonces estoy viendo mucha avivada con respecto a esto.
¿Y qué te sucede con esto?
La verdad me frustra porque yo vengo con el caballo cansado de la autogestión y la autoexplotación, vengo de sostener primero un proyecto de género desde una postura gay en el 2012 y 2013, luego con una postura más de puto del 2014 al 2016, peleándome con los espacios tradicionales porque el miedo era que a su público no le gustase la propuesta porque era o “emasiado gay o demasiado puto o demasiado disidente”. He discutido con los espacios de gay friendly porque el tango podía ser muy aburrido para las locas. Entonces esa primera parte de mi carrera me agarró con mucha energía porque era bastante jovencita. Le puse el doble o el triple de energía porque, como nos pasa siempre a las disidencias, si vamos a ser incluides en algún espacio tenemos que demostrar dos veces más nuestras capacidades y también tenemos que después estar eternamente agradecidas. Por otro lado, vengo también de sostener un proyecto autogestivo después de cuatro años de macrismo, de crisis financiera y de total destrucción de la cultura en el circuito de Buenos Aires, de bancar a los espacios para que no se cierren, de trabajar cuatro años a la gorra donde hubo un precio de derecho a show que nunca se actualizó y que hasta hoy en día no podemos actualizarlo. Entonces, ¿cómo me agarra a mí la agenda transfeminista de las líneas de subsidios? Con un poquito de esperanza pero muy cansada para poder aplicar a ellos.
¿De dónde viene tu influencia en el tango? Digamos, cuando descubrís desde lo performático o desde las letras. ¿Cuál es tu influencia musical en el tango?
El tango es un movimiento cultural muy completo que involucra desde la poesía, la orquestación, el canto, la danza, los paisajes, entonces las influencias que se impregnaron en mí son múltiples. Desde lo más cercano a lo que la gente ve de mí las influencias ahí son nativas del tango, las mujeres de la época del 40, 70, 80. Hubo un primer acercamiento a Gardel por su delicadeza y su firmeza pero rápidamente me alejé de ese icono y lo puse en cuestión. Entonces pasé a las divas, desde Tita a Virginia Luque, de Susana Rinaldi a Maria Graña, que son todas una víboras, pero con elegancia. Eso es algo que me gustó mucho de sus performances, cómo manejan el tiempo en el escenario, los silencios. Después también me costó mucho conseguir referencias cuando me consideraba puto y gay, fue un momento muy dificil a la hora de cantar porque estaba en una diforia de registro vocal y empecé a tener que buscar cantantes masculinos, fue cuando descubri a Charlo y a Oscar Ferrari. Y después hay todo un universo de las contemporáneas y para mí Lidia Borda es una de mis principales referencias.

¿Cómo es que empezás a componer? ¿Y qué es lo que se viene?
Me parece que a mí el tango y la interpretación del drama me ayudan a canalizar todo el dolor, pero creo que hay que actualizar ese drama para darle una vuelta de rosca, para no quedar impregnada de eso y lastimarse de por vida. Porque cuando yo elijo interpretar un tango es porque hay algo de su poesía, de su musicalidad que me ayuda a traer un mensaje y que yo puedo cantar aquello que no quiero decir. Por eso estoy en un proceso de entender qué es lo que quiero decir y poder crear ese paisaje: poder cantar lo que no está escrito. Hay una pelea interna de si cantar o no mis propias letras, o si seguir cantando lo que otros escriben y yo poder llenar los vacíos que quedan.
¿Hay algún proyecto futuro que sabemos que sale?
Casualmente (o no) mi próxima actuación será en La Viruta, ese espacio tradicional en donde tuve mi primer contacto con el tango. Será un show en el marco del Mundial y Festival de Tango de Buenos Aires el jueves 23 de septiembre. Y de inmediato, el sábado 25 de septiembre participo del DragaPaliza en el Teatro Xirgu.
También continúo trabajando en un proyecto que se llama El Apagón; un trabajo sobre Cuerpa y Periferia que desarrollo en Paraguay,y que habla sobre cómo se ubican y se disputan los cuerpos en los espacios de danza, cómo se reorganizan en una tensión entre cuerpas hegemónicas y cuerpas no hegemónicas. Eso será una performance que voy a retomar en el mes de Octubre ya que es un proceso que había quedado trunco.
Actualmente estoy liberando todo el contenido que producí durante la pandemia en Quarentanga, un neocabaret virtual que grabamos el año pasado y busca visibilizar a artistas de la música queer.
También acabo de lanzar MARICOTECA.ORG, un buscador de artistas disidentes de latinoamérica que estuve creando junto a Endi Ruiz, y en el que asumí el rol de gestora de proyecto y analista de sistemas. Maricoteca se nombra así como homenaje al espacio festivo donde nos encontrábamos con otros artistas para tejer los proyectos, donde indagábamos y co-creabamos nuestras identidades. Entonces hoy Maricoteca se lanza como el primer buscador de artistas LGBTTTNBQ+, donde se pueden realizar búsquedas por ubicación, identidad o prácticas, y donde cualquier artista puede crearse su perfil y visibilizarse. Si su identidad autopercibida o su práctica aún no están disponibles, las pueden crear y agregar. También Maicoteca.org cuenta con un archivo histórico con la idea es visibilizar no solo personas sino también grupos, colectivos, organizaciones, fiestas que fueron “faros” en los distintos territorios de latinoamérica para conocer nuestra historia que fue silenciada.
Disco favorito: “Tal vez será su voz” de Lidia Borda
Una persona con la que compartirías tu última cena: Con todas mis hermanas y mi madre travesti.
Talento inútil: Silbar como grillitos.
Nombre de la última playlist que creaste: “Cumbia, copeteo y lágrimas”, fue el día que aprobaron el Cupo Laboral Travesti Trans.
Qué diría tu tumba: INVÓCAME.
Algo sin lo cual no podrías vivir: Listas, con un cuaderno y una birome. La lapicera tiene que ser marca “Faber…”, no puedo escribir con otra.
Por Lala Sosa
Arte: Van Arce
Fotos: @Niebieski