Seda Metamorfa

Entre la prosa y el verso Ana Ojeda construye el mundo de Seda. Tomando elementos de los textos de Kafta, la historia sigue a Seda cuando se despierta una mañana siendo un bicho. Se despierta despejada de cualquier mandato impuesto, despejada de la idea de un estándar hegemónico. Ni joven, ni bella, ni mujer; inicia un camino de autoexploración, enfrentándose a todas las incomodidades y prejuicios de su vida.

La trama transita problemáticas cercanas: Seda se enfrenta a los estándares de belleza, a la independencia, a las diferencias en la familia y en el trabajo. Con una escritura que explora la lengua en todos sus niveles, la autora construye una historia verosímil. Desde la primera página nos sentimos identificades gracias al ritmo sencillo, cómico y actual. El mundo de Seda excede los parámetros del realismo, pero a su vez no escapa de lo cotidiano.

La protagonista trabaja cargando facturas en una empresa y también lo hace con las facturas de su familia. Su oficio la persigue, la asfixia y la obliga a transformarse, repensar quién es y quién le exigen ser. Seda comienza a cuestionarse todo, ¿por qué existe la obligación de relacionarte con la familia? ¿Por qué nunca dejamos de sentirnos culpables por nuestros niveles de productividad, incluso cuando estamos menstruando? ¿Por qué seguimos contribuyendo al sistema farmacopornográfico que nos lastima?

Con su poesía contemporánea, Ojeda logra una crítica profunda de la norma, del concepto de mujer obediente, paciente y colaboradora. La historia de Seda nos cuestiona, ¿vale la pena arriesgar elementos de nuestra vida para encontrar la libertad?

Por: Matilde Néspolo

Arte: Vanina Arce